jueves, 14 de septiembre de 2006

Verano


Este verano pasará a ser almacenado en mis neuronas como uno agradable, divertido, caro, largo, emocionante, necesario. En la isla de Ibiza estuve invitado a una casa sumamente preciosa. Nada que ver con Blade Runner. Acudí diariamente al local fundado en 1973 por Ricardo Urgell y su hermano Pitri. Yo soy clásico. Lo de la espuma en Amnesia ya lo hice cuando era pequeño y de Manumission ni hablo. En el VIP de Rosseta se estaba bien y no olía a cosas. Salí por la noche; vodka rojo Ursus, guest list, altavoces cerámicos de Space, ventiladores de vapor, Pete Tong, Restaurante La Brasa, traveloides espaciales, no tengo tatuajes, inhibidores del sueño, farmacias sin Valium, gafas de sol "as bigger as better", mesas reservadas muy tarde, Jeep Wrangler, Marina Botafoc, bocas sonrientes, ojos vidriosos. Una maravilla. Escucho a Richie Hawtin.

Las playas no me agradan, a no ser que sean como la de Espalmador en Formentera. Tampoco soy de shows. Los músculos me los como si son de buey. Medium rare. Plásticos brillantes dentro de glándulas mamarias y plásticos sucios que flotan. Flyers flotantes. Mamá tengo 18 ¿dónde están mis tetas? ¿en la caja grande, dices? Gracias, mamá. No, no fui a la playa en Ibiza. Sobre todo por la resaca producto de mezclar diversos cocktails, vino blanco, chupitos de tequila, Jhonny Walker, etc. Eso no quiere decir que adore la arena de concha extremadamente fina y blanca, ni el agua salada limpia y su relajante sonido al romper contra rocas muy bonitas. Según Wikipedia una playa es "un accidente geográfico formado por la acción del tipo de rompiente que la afecta mediante el oleaje sobre un banco de sedimentos". Para mí una playa de Ibiza es "un feo accidente estético provocado por la acción de seres bípedos muy feos que se compran cosas aún más feas en tiendas feísimas".

Ferry a Formentera pensando que tipo de cocktail me beberé en la proa de una vieja goleta, exactamente dentro de un año, en Croacia, con los mismos amigos. Formentera es diferente porque no hay terroristas estéticos. Son todo italianos que alquilan motos. Será difícil seducir a la italiana de la isla sin corte de pelo sumamente técnico, espuma apliacada por varios cirujanos y secado a la suave brisa de la amapola afgana. Me ví obligado a beber Pinot Grigio. Hice fotos de medusas y mujeres, de cuevas y lagartos. Luego la cámara bebió mar y su chip-corazón dejó de mandar señales eléctricas. No ha durado ni un embarazo. Mea culpa, como siempre. Un amigo mío, Martos se apellida, me aconsejó que la metiera en una bolsa con agua del grifo y la llevara así al servicio técnico de Canon, como un pez. Si no, explicaba, se oxida. Lógico. Pero... ¿ver todos los días hasta la vuelta una cámara, mi cámara, sumergida en agua dentro de una bolsa de Caprabo? No lo hice. En Formentera solíamos entrar en un restaurante a las once y salir a las siete. Los dueños nos adoraban porque bebemos algo más que agua San Pellegrino con limón. Además somos buenos conversadores. Me bañé en agua y en lodo que olía fatal (cosa que se hacen una sóla vez, como con la espuma de Amnesia). Conocí gente diversa y hippies. Me caen bien pero creo que son nihilistas. Van a manifestaciones para salvar a las lagartijas y tal, y eso es bueno. Yo no podría serlo porque mi querido bloody mary es tremendamente violento. No me aceptarían. Sería repudiado. Puestas de sol en El Tiburón frente a barco encallado por una tormenta, mojito, cigarrillo, cabeza despejada, mujeres. Paz por fin.

Avión de Vueling a Madrid con azafatas que utilizan un roll-on , evidentemente de oferta, e insisten en colocar adecudamente mi maleta de viaje. Consulté otros mapas y dormí un rato. La comida era sabrosa. Miento, miento, era una mierda. Barajas de Heraclio Fournier deberían vender para jugar al mus en la terminal T4 cuando vas a por las maletas. Se podrían organizar torneos. Madrid me recuerda a lo que dijo Joe Pesci de visita en la capital:
-Joe Pesci (después de tardar unas horas en llegar al Hotel Ritz para su rueda de prensa): ¡Que! ¿Habéis encontrado ya el tesoro?
-Entrevistadora lerda y blancuzca con las uñas pintadas: ¿Que tesoro, señor Pesci?
-Joe Pesci: Señorita... esto... ¡Tienen ustedes la ciudad levantada!
Joe Pesci me cae bien. Es gordito. A Miami.

Miami está bien. Quiero decir que el downtown es bonito por la noche. Estuve hospedado en Key Biscayne, invitado por otro amigo que debería haberse casado y no lo hizo. Yo le apoyo y considero su decisión como acertada. Ví cosas nuevas para mí como tortugas gigantescas, barracudas, peces globo, peces flauta, peces normalitos. Gonzalo pescó una morena. La gracia de turno es inevitable... No, no era una rubia. Odio esas bromas, por cierto. Luego vino un huracán. Ernesto se debilitó y se convirtió en una tormenta tropical. Cambio de sexo para Ernesto. Pobrecito. Fue divertido; colas en gasolineras, pilas, velas. Exageración, exaltación, miedo. Estuve en South Beach, en un faro perdido por el océano, en unas islas con pulgas de agua y mosquitos y cerveza, cenando en el Hotel Delano, en Rockbar vertiendo grandes cubiteras de hielo encima de un amigo, en Santo haciendo lo mismo, en el Ritz-Carlton, en The Pawn Shop dentro de una cabina de autobús y en varios más que no me acuerdo. Vuelo de vuelta con escala en San Juan, Puerto Rico. Un médico cubano ostracista, residente en Puerto Rico, me contó que se iba a las islas griegas con unos amigos. Hablaba lento y me contó que tenía una novia. Yo no le conté mi vida amorosa por temor a descomprimir el avión, así que le mentí y dije que tenía que encontrar a la "mujer de mi vida". Pareció satisfecho con la respuesta. Luego me miró, dudoso, y dijo: "que Dios te ayude". Gracias. La gente se preocupa por esas cosas y me parece correcto. También hablamos de lo fácil que era que te pierdan las maletas entre tanto aeropuerto, facturación especial e inspecciones. Cuando llegué a Heraclio Fournier mi maleta estaba en Costa Rica. Reclamación es igual a hombre halitósico y de dudosa moralidad ante mostrador vítreo. Le pregunté si era algo estúpido. Me dijo que sí, que sí lo era, por desgracia. Que había nacido con trisomía en el cromosoma 21. Mentira, pero me hubiese encantado, de verdad. Me repuse y fuí a ver a otro tipo de atracador que me llevase a casa en un coche blanco con una línea roja, y una bombona de butano en el maletero. Para mí atracadores son: los atracadores de antifaz, los taxistas, los mecánicos (chapa y correas de distribución), Movistar, muchos gobiernos extremadamente tiránicos, sangrientos mercenarios violadores y los encargados de darte un papel que pone "reclamación". Te atracan porque te roban despiadadamente la cordura. AVE a Córdoba sin dormir nada y con agujetas de la noche anterior; lenguado con tomate, ¿copita de fino, señor? ¿otra más, señor? ¿señor? Boda de mi prima Belén. Muy mona. Hotel. Una hora de sueño. Me despierto. Mamá me mira y sé que tengo mal aspecto aunque estoy muy moreno. Madrid. Pacha, acelgas rehogadas, maleta recuperada, viejos amigos, cenas de sushi, despedidas.

Estoy en Boston otra vez y escribo desde mi habitación. Mi nuevo hall es de madera al estilo New England. Todavía no hace frío, pero lo hará. Estoy contento. Echo de menos a mi perra Wanda. Voy a engordar. Os quiero, amigos míos. La foto se titula "sombrilla en Formentera".

You're the first thing
And the last thing on my mind
In your arms I feel
Sunshine
(Extracto de la canción de Moloko "The time is now")
































































































































0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio